En varios aspectos hay similitud entre la fiesta de Pesaj y la de Sucot. Ambas caen en el 15 del mes y duran 7 días. Exactamente medio año separan a las dos solemnidades. Asimismo su naturaleza histórica es parecida, y su objetivo es hacernos recordar la salida de Egipto y la travesía por el desierto en la tierra árida. De tal modo refrescamos en nuestra mente este grandioso acontecimiento histórico que sirvió de punto de partida para el desarrollo del Pueblo de Israel hasta el día de hoy. Pero a pesar de su aparente similitud, hay entre las dos fiestas una gran diferencia: En Pesaj las mujeres están obligadas a comer Matzá, mientras que en Sucot están exentas de habitar en la Suca, (esto no quiere decir que no pueden entrar y sentarse en ella, sino que no hay un mandamiento para ella de hacerlo).
Y esto parece muy extraño, pues, si las mujeres están encomendadas a recordar la salida de Egipto, porqué no deberán morar en la Suca, acerca de la cual dice: (Emor 24:43) "Para que vuestras generaciones sepan que hice habitar a los hijos de Israel en cabañas cuando los liberé de la tierra de Egipto".
El principio de nuestra religión con respecto al prestigio de la hija de Israel, es que su lugar natural es la casa y no la calle, ni siquiera en una morada provisoria cuyo techo está cubierto con ramas y hojas. No es adecuado para la mujer judía habitar en una cabaña, compuesta de dos paredes, y una tercera pared de solo 10 cm, que son los mínimos requisitos para que la Suca sea Casher. La modestia judía requiere que la mujer viva en una habitación cerrada, y no provisoria o abierta. Esto sería una contradicción al principio de "Tzníut", o modestia femenina, cuya importancia sobrepasa la Mitzvá afirmativa de morar en la Suca.
Es posible que ésta es la razón por la cual las dos fiestas son celebradas por separado, a pesar de que los judíos habitaron en Sucot durante el mes de Nisan, cuando fueron liberados de Egipto. Pero entonces las mujeres no podrían participar de esta importante Mitzvá, a pesar de que ellas también fueron testigos de todas las maravillas, como dicen nuestros sabios: "Por el mérito de las mujeres virtuosas, Israel fue liberado de Egipto". Por lo tanto la Mitzvá fue separada en dos ocasiones diferentes, y la mujer puede participar en una parte al igual que los hombres, mientras renuncia a la segunda parte por razones de "Tzniut" — Modestia.
Es posible que ésta es la razón por la cual las dos fiestas son celebradas por separado, a pesar de que los judíos habitaron en Sucot durante el mes de Nisan, cuando fueron liberados de Egipto. Pero entonces las mujeres no podrían participar de esta importante Mitzvá, a pesar de que ellas también fueron testigos de todas las maravillas, como dicen nuestros sabios: "Por el mérito de las mujeres virtuosas, Israel fue liberado de Egipto". Por lo tanto la Mitzvá fue separada en dos ocasiones diferentes, y la mujer puede participar en una parte al igual que los hombres, mientras renuncia a la segunda parte por razones de "Tzniut" — Modestia.
En nuestra generación, cuando las nubes de la claridad divina se han alejado de las Sucot de Israel, la Suca deja de tener su significado espiritual para los laicos que no tienen fe en el D-s de Israel, que nos protege con sus maravillas y milagros. Para ellos, desgraciadamente, Sucot sólo significa un lejano recuerdo del pasado, y no comprenden que el lugar de la mujer es primordialmente en la casa. Después de haber salido de su lugar natural, se ha convertido su casa en una "habitación provisoria". La sede del hogar judío, que por tradición le sirvió como una columna sólida, se transformó en una cabaña débil que no puede resistir las vicisitudes del tiempo y la época que vivimos. Ha desaparecido el valor de la unión de la familia de Israel, y en su lugar tomaron posesión los ideales de la igualdad entre el hombre y la mujer.
Sin embargo, el judío temeroso de D-s que sale de su casa dejando a su mujer, deja en ella no solo a su mujer sino también su felicidad y bendición. Por contraste, aquel que sale de su casa acompañado de su mujer, defendiendo "los derechos de la igualdad femenina", ha vaciado su casa de la felicidad y el amor familiar.
Vuelve a nosotros, Oh Eterno, y nosotros volveremos a tí. Renueva nuestros días como en tiempos anteriores, y veremos con nuestros ojos la real redención.
Amén
Amén
Tomado del libro “La fiesta de Sucot y Simjat Torá” por Rav Nissim Behar, con la autorización de la familia


